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Diciembre 31 del 2015

Para Observadores de la Vida silvestre

El Magazín de la Vida Silvestre de Carolina del Sur proporciona una gran variedad de información. Una de sus secciones especiales es la de For Wildlife Watchers o en español para Observadores de la Vida Silvestre. ¡Lo invitamos a leer este maravilloso artículo!

EL AZULILLO ÍNDIGO


Por Rob Simbeck, Fotografía por Michael Foster

Azulillo

La mayoría de nosotros nos abstenemos de la investigación científica. De hecho, nos atemoriza el poder arruinar cosas, si la perseguimos con el debido rigor. Tomemos como ejemplo el arco iris. Si lo examinamos de cerca, no es más que la interacción entre ondas de luz, gotas de agua y el ojo humano. Hablando filosóficamente, dados los conceptos de las cualidades primarias y secundarias, podría decirse que el arco iris realmente no existe. Pero atrévase a decir lo mismo mientras contempla uno en compañía de su pareja y vera como desaparece la magia creada por dichas partículas de color.

Sin embargo, existen algunos, y yo soy uno de ellos, quienes creemos que tener el conocimiento de la ciencia y la filosofía básicas de una experiencia pueden hacerla más profunda en lugar de arruinarla, añadiendo una emoción intelectual a lo sensorial. Por lo tanto, consciente de los riesgos, siento que es mi deber, al igual que con el arco iris, reportar que no hay aves azules. Bueno, ya que me imagino que usted probablemente miro nuevamente la hermosa fotografía del Azulillo Índigo, permítanme ponerlo en otras palabras: no hay pigmentos azules en las plumas de los Chara azules, los Azulejos orientales o en este caso los Azulillos índigos.

La explicación podría volverse interminable (de otra manera no sería ciencia o filosofía), pero el azul de un Azulillo índigo es denominado un color estructural. El pigmento subyacente, llamado melanina, es de color café, pero la estructura microscópica de las plumas causa que diferentes ondas de luz se devuelvan en diferentes direcciones, dándole una apariencia variable. A contraluz o en la sombra, un Azulillo índigo luce prácticamente negro. Bajo la luz directa del sol – ¡bingo! – esos hermosos rayos índigo impactan sus ojos o lentes de su cámara. Esta situación es análoga, a la forma en la que el sol, el cual irradia luz blanca, luce rojo, anaranjado o amarillo, dependiendo de cuanta atmosfera dicha luz tenga que atravesar.

A propósito, todo esto aplica más o menos solo la mitad del tiempo, ya que el color índigo solo se nota en los machos adultos. En las hembras y juveniles, el color operativo es el café, y ellos presentan tan solo unos trazos de azul en la cola y unos cuantos trazos pálidos en el pecho.

Con aproximadamente cinco pulgadas, el Azulillo índigo es un pinzón aficionado a los arbustos y malezas, en donde se le puede observar alimentándose de semillas e insectos. Ellos prosperan en campos abandonados, aperturas de los bosques y a lo largo de los bordes de camino con especies herbáceas, los cuales abundan en el Estado del Palmetto.

AzulilloLaurel Barnhill, bióloga de la vida silvestre del Departamento de Recursos Naturales, dice que "Yo siempre pienso que los Azulillos índigos son un indicador real de hábitats que se encuentran en las primeras etapas de sucesión"... "Constrúyalo y ya llegarán. A lo largo de caminos, incluso en áreas con bosques densos, si hay suficiente luz como para que crezcan arbustos, los Azulillos índigos cantaran allí." Los cantos comienzan cada año hacia finales de Abril o comienzos de Mayo con la llegada de los machos desde sus hogares de invierno en Suramérica y el Caribe. Ellos esperan a las hembras, cantando un gorjeo de notas dobles el cual les ayuda a marcar su territorio y más adelante durante el cortejo, a menudo lo cantan durante todo el día.

Barnhill dice que "Su canto es verdaderamente único,"... "cuando enseñamos identificación de aves, nosotros lo presentamos dicho canto como Fire! Fire! Where? Where? Here! Here! See it! See it! Ellos estarán cerca de arbustos densos, cantando aproximadamente a la altura de los ojos hasta los 12 pies. Ellos realmente saben cómo hacerse notar."

El nido construido por la hembra, es una copa construida de pasto entretejido, hojas y palitos a una altura del suelo de 3 a 10 pies (91 a 304cm) en un arbusto, árbol seto o refugio. La hembra pone de tres a cuatro huevos de color blanco-azulado y los incuba por un periodo de doce a trece días. El macho trae la comida, y defiende el nido y los polluelos de vez en cuando para liberar a la hembra de su turno. Los polluelos dejan el nido después de ocho a diez días y los adultos a menudo producen nuevas crías, en ocasiones con otras parejas.

Los Azulillos índigos migran hacia el sur con el clima frio, viajando de noche en grupos y utilizando en parte a las estrellas para orientación. Ellos forman grupos grandes en sus hogares de invierno, alimentándose y descansando en grupos que pueden alcanzar miles de individuos.

Los Azulillos se venden como aves de jaula en Europa y México y a menudo se matan ya sea por comida o deporte en sus territorios de invierno. Aquí, dicha situación los amenaza, causando una reducción en sus sitios de alimentación y anidación favoritos. Aun así, sus necesidades de hábitat deben ajustarse a las condiciones actuales del estado y se piensa que al igual que los ruiseñores, los Azulillos índigos probablemente son más numerosos ahora que cuando llegaron los Europeos. Dada la aparentemente saludable población en Carolina del Sur, es muy fácil disfrutar tanto sus cantos como su belleza – aunque ilusoria – de esta pequeña extraordinaria ave.

Traducido por Alix Pedraza. Para ver el artículo original visite www.scwildlife.com/articles


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