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Naturales de Carolina del Sur

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Noticias SCDNR

Los arrecifes se encuentran más cerca de lo que pensamos

24 de julio de 2019

Peces Serrano estriado y Sargo chopa nadando cerca de las ruedas de un vehículo militar reutilizado en un arrecife artificial. (Foto por Bob Martore/SCDNR)

Peces Serrano estriado y Sargo chopa nadando cerca de las ruedas de un vehículo militar reutilizado en un arrecife artificial. (Foto por Bob Martore/SCDNR)

La palabra “arrecife” usualmente trae a la mente una escena llena de peces coloridos nadando en cardúmenes, entrando y saliendo del coral en aguas transparentes poco profundas. Quizás nos transportamos a un lugar cálido y tropical, donde incluso es posible bucear con tubo por el arrecife facilmente.

Pero esa no es la única forma de imaginarse un arrecife. En agosto pasado, varias personas en el Sureste se sorprendieron cuando investigadores del Programa “NOAA’s Ocean Exploration and Research” anunciaron el descubrimiento de un arrecife de coral a 257 kilómetros (160 millas) de la costa de Charleston, Carolina del Sur. Los científicos estaban buceando, colectando muestras en el submarino de investigación Alvin cuando se encontraron con Lophelia pertusa, una especie de coral blanca y rocosa. Dicho coral se encontró a menos de un kilómetro (media milla) de la superficie, en aguas a 8.8 °C (48 Fahrenheit) de temperatura, y extendiéndose aproximadamente 135 kilómetros (85 millas) a lo largo de la costa. En algunos puntos, el coral alcanzaba más de 90 metros (300 pies) de altura. En el lugar también se detectó otro tipo de vida marina, incluyendo un Pez espada maduro.

Este descubrimiento es de doble importancia. Por un lado, la investigación nos recuerda que los arrecifes si existen en las aguas del sureste, y por otro, que corales como la especie Lophelia pertusa pueden ser más resistentes y capaces de adaptarse a cambios ambientales tales como aumento en el nivel del mar y temperaturas de agua más cálidas, contrario a lo que se pensaba inicialmente.

Cardumen de peces Chabela alrededor de la cubierta de una embarcación hundida cubierta con algas marinas y corales. (Foto por Bob Martore/SCDNR)

Cardumen de peces Chabela alrededor de la cubierta de una embarcación hundida cubierta con algas marinas y corales. (Foto por Bob Martore/SCDNR)

Los arrecifes de coral han ido disminuyendo alrededor del mundo debido a factores como la polución y el calentamiento de las temperaturas del agua. El descubrimiento de un arrecife en nuestro “propio jardín” nos da un poco de optimismo, revelando que aún nos queda mucho por aprender acerca de los arrecifes de coral y que es posible que dichos organismos puedan adaptarse a nuestro mundo en cambio.

Los arrecifes ofrecen una gran cantidad de beneficios, desde combatir la erosión de la costa al servir como amortiguadores en marejadas, hasta servir como lugares de reproducción y crecimiento críticos para la vida marina. Los arrecifes proporcionan hábitat a una gran cantidad de biodiversidad y son clave para reforzar la economía pesquera.

Las aguas mar afuera de Carolina del Sur son hogar de algunos arrecifes que ocurren de forma natural donde los afloramientos rocosos proporcionan un lugar para el crecimiento de esponjas, corales y algas marinas. Sin embargo, la mayoría del fondo marino de la costa de Carolina del Sur es arenosa y suave, lo cual no es ideal para el crecimiento de arrecifes.

Recientemente, el equipo de arrecifes artificiales del SCDNR hundió un bote remolcador viejo en Vermilion Reef, a 48 kilómetros (30 millas) de la costa de Georgetown. (Foto por Emma Berry/SCDNR)

Recientemente, el equipo de arrecifes artificiales del SCDNR hundió un bote remolcador viejo en Vermilion Reef, a 48 kilómetros (30 millas) de la costa de Georgetown. (Foto por Emma Berry/SCDNR)

El Programa de Arrecifes Artificiales (contenido de liga en inglés) del Departamento de Recursos Naturales de Carolina del Sur (SCDNR por sus siglas en inglés) resuelve este problema topográfico al añadir superficies hechas por el hombre para que el coral se adhiera a éstas. Desde los años 1970s, la misión del programa ha sido la de construir arrecifes artificiales para aumentar poblaciones de peces de agua salada tales como el Pargo colorado, Serrano estriado, Abadejo y Carite lucio.

Los arrecifes son construidos utilizando estructuras de metal y concreto – ya sea un bote remolcador viejo, un puente de acero, una tubería de concreto, vehículos militares viejos o incluso el vagón de un metro. Dichos materiales se limpian y se examinan para confirmar que sean seguros ambientalmente antes de ser sumergidos en el océano.

La belleza al utilizar estos materiales chatarra consiste en encontrar la forma de reutilizar algo que de otra manera habría ido a parar a un basurero. Gracias a este método, la chatarra se convierte en el catalizador de un nuevo hogar arrecife para formas de vida marina, desde algas y cirrípedos, hasta grandes meros y tiburones. Dichos arrecifes funcionan como fábricas de peces, al proporcionarles un lugar donde pueden alimentarse, reproducirse y crecer, poblando así las áreas cercanas.